22 de marzo de 2012

Ovogénesis

De los aproximadamente 2 millones de ovocitos primarios presentes en los ovarios al nacer, solo unos 40.000 sobreviven hasta la pubertad, todos ellos detenidos en el diplotena de la primera división meiótica. De estos, únicamente unos 400 (uno por cada ciclo menstrual) llegan a ser ovulados. El resto de los ovocitos primarios degenera.

El óvulo, junto con las células que lo rodean, se denomina folículo. En el embrión las ovogonias están desnudas, pero tras el inicio de la meiosis, las células del ovario rodean en parte a los ovocitos primarios para formar lo folículos primordiales. 
En el nacimiento, estos ovocitos primarios quedan revestidos por una o dos capas completas de células foliculares (de la granulosa), y el complejo constituido por ambos elementos se denomina folículo primario.
Las células foliculares secretan un factor inhibidor de la meiosis que es el responsable de mantener el primer bloqueo de la meiosis en la fase de diplotena. La liberación de la inhibición meiótica poco antes de la ovulación se asocia con el pico de hormona luteinizante y la consiguiente separación de las conexiones efectuadas por uniones nexo.
A medida que se configura el folículo primario, aparece una membrana prominente, translucida y acelular entre el ovocito primario y las células foliculares que lo envuelven, llamada zona pelúcida.
Definiciones actuales consideran que un ovocito con más de una capa de células granulosas es un folículo secundario. Una membrana basal llamada membrana granulosa rodea las células epiteliales de la granulosa del folículo secundario.  Un grupo adicional de cubiertas celulares derivadas del tejido conjuntivo ovárico (estroma) comienza a formarse alrededor del folículo en desarrollo una vez que las células de la granulosa en torno a él han alcanzado un grosor de dos o tres capas.  Denominada inicialmente teca folicular, está cubierta se diferencia más tarde en dos capas: una teca interna muy vascularizada y glandular y una capsula externa más parecida al tejido conjuntivo, llamada teca externa. Las primeras células de la teca parecen secretar un factor de angiogénesis, que estimula la proliferación de los vasos sanguíneos en dicha capa.
El desarrollo inicial del folículo se produce sin una influencia hormonal significativa, pero según se acerca la pubertad, la maduración folicular ulterior requiere la acción de la gonadotropina hipofisaria hormona foliculoestimulante (FSH) sobre las células de la granulosa,  que ya expresa receptores para la FSH. Las células de la granulosa estimuladas producen pequeñas cantidades de estrógenos. La señal más clara  del desarrollo posterior de algunos folículos es la presencia de un antro, que es una cavidad llena de un líquido llamado líquido folicular.
Las células que rodean el ovocito se denominan células cumulares, y las que están situadas entre el antro folicular y la membrana granulosa se denominan células granulosas parietales.
El aumento de tamaño del folículo se debe en gran medida a la proliferación de las células de la granulosa. El estímulo responsable de esta proliferación es una proteína señalizadora que se produce en esta misma zona, la activina.
En respuesta al estimulo de las hormonas hipofisarias, los folículos secundarios fabrican cantidades importantes de hormonas esteroideas. Las células de la teca interna poseen receptores para LH, también secretada por la adenohipófisis. La teca interna produce andrógenos (testosterona), que atraviesan la membrana granulosa hasta llegar a las células de la granulosa. La influencia de la FSH induce en estas células la síntesis de la enzima aromatasa que convierte los andrógenos procedentes de la teca en estrógenos (17β-estradiol).  El estradiol estimula la formación de receptores de LH en las células de la granulosa. Mediante este mecanismo, las células foliculares son capaces de responder al gran pico de LH que precede inmediatamente a la ovulación.
Por efecto de múltiples influencias hormonales, el folículo aumenta de tamaño con rapidez y presiona contra la superficie del ovario. En este momento se denomina folículo terciario (de De Graaf). Entre 10 y 12 antes de la ovulación, se reanuda la meiosis.
El ovulo, ahora un ovocito secundario, se localiza en un pequeño montículo de células que se llama cúmulo ovífero. Factores liberados por el ovocito, atraviesan las uniones nexo hacia las células del cumulo circúndate, estimulando a estas a secretar ácido hialurónico hacia el espacio intercelular.  Este espacio aumenta de tamaño, expandiendo el cúmulo ovífero. En paralelo el diámetro del folículo aumenta desde unos 6mm al principio de la segunda semana hasta casi 2cm en la ovulación.
El folículo terciario protruye en la superficie del ovario como una ampolla.  Las células foliculares secretan grandes cantidades de estradiol, que prepara a muchos otros componentes del aparato reproductor femenino para el transporte de los gametos.  El folículo ahora está listo para la ovulación y espera el estimulo del pico preovulatorio de FSH y LH, liberadas por la hipófisis.

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